24/5/13

Nacimiento de la Nueva Canción Chilena


Isabel y Ángel Parra, hijos de Violeta Parra, formaron un dúo musical y fundaron la Peña de los Parra.
El fenómeno sociomusical tuvo su origen en el trabajo de Violeta Parra y luego en los de sus hijos Isabel y Ángel Parra, quienes fundaron en 1965 la Peña de los Parra, en la ciudad de Santiago, donde se desarrolló el epicentro musical del movimiento. La casona albergaba a quienes querían escuchar música folclórica y conocerían la evolución artística de figuras como Isabel Parra y Ángel Parra, Rolando Alarcón, Víctor Jara y Patricio Manns.
En 1968, se creó la Discoteca del Cantar Popular (DICAP), perteneciente a las Juventudes Comunistas de Chile, para publicar a los artistas que no tenían espacio en los sellos multinacionales por sus temáticas anticapitalistas y contestatarias. Su primera placa publicada fue X Vietnam de Quilapayún.

En julio de 1969, la Universidad católica de Chile organizó el Primer Festival de la Nueva Canción Chilena, en la que Víctor Jara y Richard Rojas empataron el primer lugar con las canciones Plegaria a un labrador y La chilenera.

Contexto Histórico: Período del Régimen Militar
Luego del Golpe de Estado en Chile en 1973 y posterior inicio del Régimen Militar, se produjo el llamado "apagón cultural", debido a la persecución, exilio o asesinato de diversos artistas chilenos de tendencia izquierdista. Dado que una de las características más evidentes de la Nueva Canción Chilena era el poseer un fuerte componente de canción protesta en sus letras y música, el periodo de dictadura virtualmente terminó con el movimiento en Chile. Sólo algunos artistas exiliados en el extranjero continuaron con él. La pérdida más clara y temprana fue la del cantautor Víctor Jara, detenido el 11 de septiembre y torturado y asesinado el 16 de septiembre.
En 1975, Ricardo García fundó el Sello Alerce, como una forma de reeditar la Nueva Canción Chilena, que en dicho momento estaba prohibida o censurada de su emisión en las radios, así como una forma de rescatar las grabaciones originales de su destrucción.

Cantata de Santa María de Iquique


 
La Cantata de Santa María de Iquique es una cantata compuesta por el músico chileno Luis Advis hacia fines de 1969 e interpretada principalmente por el grupo Quilapayún. La obra musical está compuesta por dieciocho partes, incluyendo cinco relatos interpretados por Héctor Duvauchelle, en que se narran los sucesos de la matanza de la Escuela Santa María, ocurrida el 21 de diciembre de 1907 en la ciudad de Iquique, en el norte de Chile, y perpetrada por el general Roberto Silva Renard, en el gobierno del presidente Pedro Montt.
La Cantata Popular, como también se denomina, es considerada como una de las obras cumbres de la llamada Nueva Canción Chilena que se desarrolló desde fines de los años 1960 y los años 1970. Es el séptimo álbum de estudio oficial de Quilapayún, lanzado originalmente en 1970 bajo el nombre de Santa María de Iquique, y mezcla elementos de la música folclórica con otros de la música docta y religiosa.
En abril de 2008, la edición chilena de la revista Rolling Stone situó a este álbum en el cuarto lugar dentro de los 50 mejores discos chilenos de todos los tiempos.
 
 
 
La estructura de la Cantata.
 
La Cantata está estructurada en dieciocho partes, que incluyen cinco relatos sin musicalización, un preludio y tres interludios sólo con la presencia musical, dos pregones y siete canciones, cuyos ritmos e instrumentalización varían notablemente para dar énfasis al tema tratado en cada canción.
  1. Pregón: Señoras y señores
    La cantata se inicia con un pregón introductorio que da a conocer el tema tratado en la obra, acompañado principalmente con instrumentos de cuerda que se van incorporando lentamente para dar más fuerza a las frases.
  2. Preludio instrumental
  3. Relato: Si contemplan la pampa y sus rincones
    El primer relato incluye una descripción de la industria del salitre, los obreros en sus oficinas localizadas en el medio del desierto y las paupérrimas condiciones laborales y de vida que tenían ellos y sus familias.
  4. Canción: El sol en desierto grande
    La canción refuerza el tema de relato anterior, tratando la dureza del trabajo bajo "el sol del desierto grande". Las voces actúan como coro de obreros mientras trabajan extrayendo rocas en mitad del gran desierto de Atacama.
  5. Interludio instrumental
  6. Relato: Se había acumulado mucho daño
    El segundo relato comienza a hablar de la gestación de los movimientos sindicalistas y de las primeras huelgas realizadas en la industria del salitre. Tras la primera huelga en la oficina San Lorenzo, el relato indica que "todos escuchaban un grito que volaba en el desierto, de una u otra oficina como ráfagas" hasta que deciden descender desde la pampa hasta "el puerto grande", Iquique.
 
  1. Canción: Vamos mujer
    En esta canción, la voz vuelve a encarnar a un obrero, que alienta con optimismo a su mujer para que lo acompañe junto a su hijo. El obrero le describe a la ciudad diciendo que es "tan grande como un salar" y que posee "muchas casas lindas", dando a entender que nunca habían conocido la ciudad ni que habían podido salir con facilidad de la oficina. Deja claro que el viaje mismo es peligroso y un sacrificio, pero el optimismo del obrero se ve reforzado al repetir en varias oportunidades "no hay que temer porque en Iquique todos van a entender".
  2. Interludio instrumental
  3. Relato: Del quince al veintiuno
    Los obreros bajan finalmente a la ciudad, afirma el relato, entre el 15 y el 21 de diciembre de 1907. Aunque se relata el apoyo dado por muchos comerciantes y trabajadores de la ciudad, también se cuenta de cómo mucha gente rechaza la presencia de los obreros, temerosos de robos y asesinatos.
  4. Interludio cantado: Se han unido con nosotros
    Este corto tema sirve para reforzar, en la voz de los pampinos, el relato anterior: "Iquique nos ve como extraños; nos comprenden algunos amigos y los otros nos quitan la mano."
  5. Relato: El sitio al que los llevaban
    El relato continúa con el anterior, donde cuenta cómo los obreros son llevados a la Escuela Domingo Santa María en el centro de la ciudad y los ánimos comienzan a presentir el fin trágico de su aventura.
  6. Canción: Soy obrero pampino y soy
    Los instrumentos de cuerda marcan la tensión de esta canción. Un obrero de mayor experiencia se da cuenta de que "algo horrible va a suceder" y comienza a recordar las penurias de su vida, mientras tartamudea, presa del temor.
  7. Interludio instrumental
  8. Relato: Nadie diga palabra que llegará
    La voz introduce a los militares a cargo del general Roberto Silva Renard, quienes rodean la escuela. Según el relato, Silva Renard trata de convencer a los obreros diciendo "que no sirve de nada tanta comedia, que dejen de inventar tanta miseria, que no entienden deberes, son ignorantes, que perturban el orden" y los amenaza, recibiendo la respuesta de un obrero que anuncia que levantarán el puño en alto y que si quiere amenazar, que dispare primero. El general, cuenta el relato, saca su revólver y le dispara, dando la orden para continuar con el resto de presentos.
  9. Canción de letanía: Murieron tres mil seiscientos
    La canción relata la muerte de 3.600 fallecidos, aunque no existe certeza de una cifra exacta y la descrita en la obra es una de las más altas dentro de las muchas propuestas. Instrumentos de viento predominan en el tema para marcar la tristeza.
  10. Canción: A los hombres de la pampa
    Mezclando diversas melodías y textos, la canción se lamenta de los hechos y alcanza uno de los clímax de la composición. La letra incluye el relato a un niño de los sucesos, afirmando que "no hay que ser pobre, hijito; es peligroso ser pobre, hijito", para luego mezclar a un texto mucho más militante que en el resto de la cantata. Tras el clímax de la canción, ésta cierra con la frase "¿Donde están los asesinos que mataron por matar? Lo juramos por la tierra, los tendremos que encontrar [...] ¡lo juramos, compañeros, ese día llegará!"
  11. Pregón: Señoras y señores
  12. Canción final: Ustedes que ya escucharon
    La canción, con un charango predominante, continúa con el tono altamente político de la canción anterior, invocando a la unión del pueblo para la reivindicación de sus derechos y evitar que se repitan los sucesos anteriores, lo que se refleja en frases como "quizás mañana o pasado, o bien en un tiempo más, la historia que han escuchado de nuevo sucederá; es Chile un país tan largo, mil cosas pueden pasar si es que no nos preparamos resueltos para luchar". El texto continúa convocando a la unión y mezclando algunas frases del tema anterior, hasta finalizar con la frase "Unámonos como hermanos que nadie nos vencerá; si quieren esclavizarnos, jamás lo podrán lograr."